En la obra de Hugo también se pueden encontrar algunas de las constantes gráficas de niños con diagnósticos clínicos similares: la perspectiva de vista de pájaro, la repetición de motivos, el realismo y concreción de los detalles o la percepción visual de la realidad como punto de partida básico. Pero, en la obra de Hugo hay que destacar uno de ellos: la impermeabilidad a la influencia exterior, que confiere a la obra una originalidad inédita, libre de interferencias. “Si analizamos este último punto, podríamos estar describiendo a la perfección la personalidad de cualquier artista contemporáneo en su persistente tarea de no dejarse influir más que por la propia expresión y sensibilidad. Las obras se “completan” con detalles llenos de sensibilidad que surgen de sus propios afectos: la musa juvenil que le inspira, el amor hacia su madre o el homenaje constante a sus “lugares sagrados”, su colegio o el Jardín Botánico de la Concepción, su particular enciclopedia visual de modelos para sus obras”, indica el comisario de la exposición, Marcos Reina.